Cómo se quema realmente al grasa

No se “derrite”, no se “suda” y no “sale por la orina”. Se transforma químicamente y se exhala (sí, se va por el aire).

El proceso real, paso a paso:

1) Movilización (liberar la grasa)

El cuerpo almacena grasa en forma de triglicéridos en los adipocitos (las células grasas).

Cuando necesita energía (por déficit calórico o esfuerzo físico), libera esos triglicéridos como ácidos grasos libres y glicerol al torrente sanguíneo.

Esta parte depende de señales hormonales: menos insulina, más adrenalina, más glucagón = más movilización.

2) Transporte

Los ácidos grasos viajan por la sangre hacia tejidos que los pueden usar como energía, como los músculos o el hígado.

3) Oxidación (usar la grasa como energía)

En la mitocondria de las células (el “motorcito”), esos ácidos grasos entran en un proceso llamado β-oxidación, que los convierte en ATP (energía utilizable).

Este proceso requiere oxígeno. Por eso, la quema de grasa es aeróbica.

4) Excreción del “resto”

Aquí viene lo loco y poco conocido: el carbono de la grasa no se convierte en músculo, ni se convierte en pis o sudor. Se convierte en CO (dióxido de carbono) y agua.

El 84% del peso de la grasa que quemas se exhala.

Qué NO quema grasa:

  • Sudar más (solo es pérdida de agua).
  • Saltarte comidas sin déficit calórico.
  • Cardio infinito sin cuidar la alimentación.
  • Dietas sin proteína (te bajan músculo y ralentizan el metabolismo).

Qué SÍ favorece la quema de grasa:

  • Déficit calórico sostenido (no brutal).
  • Entrenamiento de fuerza (preserva músculo y aumenta gasto basal).
  • Movilidad diaria (NEAT: caminar, moverte más fuera del entrenamiento).
  • Sueño reparador y control del estrés (para que el cuerpo “autorice” la quema).
  • Buena hidratación y digestión (para procesar bien los nutrientes).

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