¿Un truco maestro para evitar los antojos?
¿Alguna vez te has preguntado por qué arrasas la nevera después de una noche sin dormir?
¡La culpa es de las hormonas! Cuando duermes poco, la leptina (la hormona que te hace sentir lleno) baja hasta un 18%, mientras que la grelina (la hormona del hambre) puede subir hasta un 28%. Es una montaña rusa hormonal que te deja buscando snacks todo el día.
Puedes equilibrar esas hormonas con mejores hábitos de sueño.
¿Sabías que dormir en completa oscuridad puede aumentar la producción de melatonina y ayudar a regular las hormonas del hambre y la saciedad? Invertir en cortinas opacas o en un antifaz puede mejorar mucho la calidad de tu descanso.
Todo el mundo busca trucos para gestionar los antojos, ¿pero y si la respuesta empezara por dormir mejor?
¿Crees que dormir mal solo afecta a tus niveles de energía? ¡Piénsalo otra vez! Los estudios demuestran que también altera tus antojos, haciéndote buscar alimentos azucarados.
Así que si te despiertas soñando con donuts en lugar de un desayuno saludable, puede que sea tu cerebro privado de sueño jugándote una mala pasada.
Puedes vencer esos antojos con alimentación consciente y un sueño de calidad. Empieza reduciendo los dulces por la noche. Un truco fácil: cepíllate los dientes justo después de cenar. El frescor de la menta puede ayudarte a evitar el picoteo posterior.
Cómo afecta el sueño a los antojos
¿Sabías que lo que comes afecta a cómo duermes… y al revés? Zamparte una pizza tarde por la noche puede llevarte a un sueño inquieto mientras tu cuerpo intenta digerirla.
¿El resultado? Dormir mal hace que al día siguiente te resulten más tentadoras las comidas basura, lo que a su vez vuelve a empeorar tu descanso… y así sucesivamente. Es un círculo vicioso.
Rompe el patrón priorizando el descanso y creando rutinas para elegir opciones más saludables por la noche. Cuesta al principio, pero pequeños cambios en tu alimentación pueden mejorar muchísimo la calidad de tu sueño.
Consejo : ¿Quieres dormir mejor? Baja el termostato. Mantener tu habitación fresca (alrededor de 18,3 °C) puede ayudarte a dormirte antes y alcanzar fases más profundas de sueño durante la noche.